Además la forma en la que ellos mismos son, siempre bromeando, cantando, silbando, jugando con la nena pequeña... hace que mis días aquí sean muy felices.
Y bueno, para contrarrestar un poco toda esta alegria os contaré una cosa un poco estúpida que me pasó:
Hace dos noches me dijeron que era la hora de la cena en breve así que fui a ducharme y a prepararme para cenar. Después de ducharme me puse unas mallas, la camiseta de pijama y una sudadera por encima, es decir, la ropa que suelo llevar cuando estoy por casa. La cosa es que cuando bajo los veo en la puerta y dicen deberías ponerte los zapatos para ir a cenar, y yo como: a cenar a donde? Y ellos: al restaurante, y yo como: restaurante? entonces tengo que cambiarme, secarme el pelo etc, y ellos como: nooo, así vas bien, no tenemos tiempo. Así que así fue, en el restaurante todos cenando y yo con mi ropa de estar por casa, que puede pasar por ropa de calle (porque de hecho lo fue en algún momento) pero con la camiseta de pijama debajo, que no me pude quitar la sudadera en toda la cena por más alta que estaba la calefacción.
Pero bueno, cosas que pasan.
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