miércoles, 1 de octubre de 2014

Primeros días

No me equivoqué con la primera impresión que tuve de ellos, son probablemente la mejor familia que podía haber encontrado. Y no es difícil que me sienta como en casa, hasta ellos me han dicho que dejé de ser huésped el primer día que llegué y pasé a ser una persona más en la familia. Y es que son muchos los detalles que han tenido conmigo, como la forma en la que estaba preparada mi habitación con todo lo que pudiera necesitar (hasta mapas y guias de la ciudad), que me saluden o den las gracias en español, que el primer día fueramos al supermercado para comprar la comida que yo solía comer en casa, que tengan paciencia explicándome hasta los chistes que no pillo, que cuando lleguen a casa me pregunten siempre que tal mi día, que me presenten a todo el mundo, que me ayuden en cada cosa que necesito (buscando información sobre clases, polideportivo etc) y una larga lista de cosas que hacen para que me sienta cómoda.

Además la forma en la que ellos mismos son, siempre bromeando, cantando, silbando, jugando con la nena pequeña... hace que mis días aquí sean muy felices.

Y bueno, para contrarrestar un poco toda esta alegria os contaré una cosa un poco estúpida que me pasó:

Hace dos noches me dijeron que era la hora de la cena en breve así que fui a ducharme y a prepararme para cenar. Después de ducharme me puse unas mallas, la camiseta de pijama y una sudadera por encima, es decir, la ropa que suelo llevar cuando estoy por casa. La cosa es que cuando bajo los veo en la puerta y dicen deberías ponerte los zapatos para ir a cenar, y yo como: a cenar a donde? Y ellos: al restaurante, y yo como: restaurante? entonces tengo que cambiarme, secarme el pelo etc, y ellos como: nooo, así vas bien, no tenemos tiempo. Así que así fue, en el restaurante todos cenando y yo con mi ropa de estar por casa, que puede pasar por ropa de calle (porque de hecho lo fue en algún momento) pero con la camiseta de pijama debajo, que no me pude quitar la sudadera en toda la cena por más alta que estaba la calefacción.
Pero bueno, cosas que pasan. 

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